La Argentina tiene calidad y capacidad. Hace falta un impulso del Estado para un despegue más firme de nuestra industria naval.
Debemos como profesionales en logística confeccionar una legislación específica y un plan estratégico para el sector, acompañado de otras políticas puntuales y movilizadoras para la industria.
No debemos olvidar que nuestros puertos no han evolucionado en eficiencia como nuestros vecinos
Por eso hay que dar forma a un complejo marítimo autónomo en función de los intereses nacionales
Debemos crear un espacio donde podamos coincidir, dialogar y gestar proyectos para el óptimo desarrollo de la industria naval independientemente de que nuestros países vecinos, y especialmente Brasil, se asomen con condiciones mucho más ventajosas.
Es importante que .reconozcamos el valor estratégico que esto puede tener para nuestro país ya que su reactivación beneficiara en su mayoría a pequeñas y medianas empresas generando valor agregado y movilizando el inicio de otras actividades a lo largo y ancho del país.
El proyecto de recuperación de Maruba como línea de bandera en el mercado marítimo tiene algunas objeciones que no pueden ser resueltas en el muy corto plazo como la incorporación de buques que no se fabrican en el país. La idea que debe proyectarse es volver a hacerla funcionar.
Lo que está muy claro es que ninguna industria naval próspera si no es a través de una decisión política.
El Estado debe trabajar en la apertura de líneas de crédito accesibles para el sector.
Hay que inculcar la intención de que el Estado se sume y rescate concretas oportunidades. Debe participar con la reactivación de Maruba y encarar en las terminales planes de obras para mejoras como por ejemplo la construcción de muelles que amentaría la capacidad de amarre.
Buenos Aires no puede perder su condición de puerto hub.
Perder ése perfil significaría que la política de fletes se determine en Brasil, lo que implicaría para Argentina exponerse a otros costos más desfavorables.